Lo singular, lo mayor de su condición, lo que no tiene parangón parece reclamarnos con especial fuerza y capacidad de fascinación: nos vamos de paseo por los lugares record del planeta.
Presentar algunos destinos insólitos y curiosos, lugares y paisajes que todavía no estén demasiado desgastados por su excesiva frecuentación o que nos permitan lanzar miradas a espacios laterales de la tierra. Sin embargo, hoy no pretendemos seguir por veredas tan discretas y nos lanzamos en pos de las cimas últimas geográficas.
Nos damos una vuelta por los extremos del mundo.Los hay muy sobradamente conocidos: si se quiere navegar por el río más caudaloso del mundo hay que viajar al Amazonas y cuando se desee sumergir algo para siempre nada habrá más seguro que arrojarlo a la Fosa de las Marianas, cuyo abismo Challenger se hunde hasta los 11.000 metros.
Algunos incluso son tan populares que, pese a su relativa inaccesibilidad, se han convertido en poco menos que autopistas turísticas, caso del monte Everest, el Sagamartha de los nepalíes, que se eleva a 8.848 metros.
Pero también hay confines más ignotos. Por ejemplo, que en las orillas del Mar Muerto uno se encuentra en el punto más bajo respecto al nivel del mar sobre la superficie de la tierra: 418 metros.
Eso siempre que hablemos de punto accesible, porque cubierta por el hielo antártico se encuentra la fosa Bentley, con -2.555 metros en su punto más hondo. Aunque cabe decir que si se fundiese el hielo, yacería cubierta por las aguas, hecho que pone en discusión su primacía en esta jerarquía. En lo que si que ese continente no tiene rival, por si alguien lo dudaba, es en temperaturas frías. En la estación soviética Vostok el 21 de julio de 1983 el termómetro se desplomó hasta los -89,2ºC, mientras que durante el mes de julio de 1987 nunca subió de los -72,2ºC.
Algo antagónico a los sucedido en Al-Aziziya, una ciudad libia donde el 13 de septiembre de 1922 se vio como el mercurio subía hasta los 57,7ºC, el mayor calor natural que se haya soportado sobre la faz de la tierra.Posiblemente, con esas desapacibles condiciones, lo que más apetezca sea refugiarse apartado y sin esos aprietos climáticos.
La mejor opción quizás sea la cueva Voronya en Abjasia, la más profunda con su desnivel de 2,140 metros.
.Y quizás tras este retiro nos apetezca acercarnos al área metropolitana de Tokio, la más poblada del planeta con 32.450.000 habitantes, o bien si nos hemos acostumbrado al silencio y la lejanía, buscar el lugar más alejado de cualquier línea de costa, el llamado Punto Nemo a 48°52.6?S, 123°23.6?O, en pleno Pacífico o transitar el desierto de Atacama, el más seco de todos.
Son solo algunos de los hitos término de un vasto mundo que, por cierto, es el único que tenemos y convendría conservar.
(web)
3 comentarios:
Muy buena exposicion, yo tengo , aqui en España, un buen amigo Uruguayo que siempre me ilustro sobre Artigas, eso y mi contacto, permanente,con la obra de Benedetti, me hace tener un cariño especial por tu Pais.
Un abrazo
me gusta tu blog,
he puesto un enlace en el mio
saludos cordiales
luz
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